Espacio público urbano. Sus lógicas de producción y las tensiones que determinan su apropiación

Desde hace varios años que, tanto para los integrantes de este equipo de investigación como para los espacios donde radicamos la misma, el tema del Espacio Público (EP) es una pregunta, una indagación. Hemos problematizado al EP como forma de explicar el mundo que nos rodea. Como resultado de estos procesos de observación, de investigación y de teorización estamos en condiciones de afirmar categóricamente que el Espacio Público se constituye en una construcción de sentido de la que participan distintos actores sociales, en una constante dinámica de producción y apropiación.

El EP se puede definir como proceso y producto a la vez. Es proceso en tanto recorte del conjunto de lógicas de producción social y de dinámicas de apropiación espacial y es producto como resultante de los procesos y dinámicas mencionadas. Para decirlo de otra manera, para que un EP sea no sólo se necesita un plano material público sino también una sociedad que lo use, en una continuidad histórica que dará algunos cortes diacrónicos merecedores de estudio. En estos últimos, como fotogramas de un relato cinematográfico, podríamos observar al EP como objeto emergente de su contexto. El EP es entonces un Encuentro, como figura metafórica, una posibilidad y una concreción del consenso social. Y, según lo que hemos dicho, un Encuentro como imaginario social y como momento mismo del encuentro.

Cabe señalar, aun cuando corramos el riesgo de ser obvios, que de la construcción del EP participan múltiples colectivos sociales, con sus individuales lógicas productivas y sus particulares formas de apropiación. Grupos, actuantes y prácticas sociales que interactúan entre sí en el juego urbano de vivir en comunidad, provocando tensiones continuas de “acomodamiento” en la organización social.